(Una sencilla sopa vegetal con fideos y MALVA)
No sé si por comer mucho vamos a vivir más… pero lo que sí sé es que por atiborrarnos MENOS sí vamos a ir hacia una mejor salud.
Nuestro cuerpo (al dejar de atiborrarnos), nuestro sistema físico, tiene menos trabajo para eliminar toxinas y venenos y agradece almacenar menos «materia» que queda ahí retenida y sin usar… Así de sencillo.
No se trata, ni mucho menos, de halagar la anorexia… la anorexia es un desequilibrio psíquico que arrastra tras de sí al cuerpo físico… ni de promover el «dejar de comer», eso no lo hagáis jamás, y menos por «mantener una línea» si es por el motivo estético simplemente. Lo que sí sé es que, en realidad, no necesitamos meter tanta comida a nuestro cuerpo, y mucho menos sustancias tóxicas y sustancias ya directamente llamadas drogas (drogas de dispersión y drogas medicamentosas, bueno, ya me entendéis).
Sé que muchos estáis más que «preocupados», en algunos casos, por la Alimentación, con mayúsculas… De hecho, y mientras no podamos acceder a Alimentos real o medianamente «naturales», deberíamos meter en nuestro cuerpo lo menos posible, sobre todo lo que está tratado industrialmente.
Nos creemos que todo lo que se «cultiva» no arrastra tras de sí lo que se le mete a la tierra y a las plantas… nada más equivocado: las plantas absorben desde venenos y todo tipo de elementos químicos que son arrojados a la tierra y que son absorbidos por el agua y directamente por la planta, y que luego vuelve a nosotros en esas mismas plantas…
Mientas… mientras… hay millones de muertes en nuestro Planeta por HAMBRE… de verdad que esto es de una ironía y un sarcarmo que da que pensar, y realmente debiésemos de PENSAR y tomar CONCIENCIA no sólo de lo que comemos, sino de aquello que no necesitamos comer, y que tengamos presente que mientras muchos acuden a «productos» realmente comerciales y químicos (bebidas ante todo, bollería y todo lo que pueden adulterar…) hay muchos seres humanos y animales que mueren de hambre y que pasan hambre.
Bueno, esto no es para abroncar a nadie, reconozco que estos últimos años he modificado mi «alimentación» (esto no es modelo para nadie ni se tome como tal). Esto se reduce a comer muy poco, beber muchísima agua, no comer ningún producto animal, sobre todo carnes o pescados, alimentación sobre todo con cereales, arroz, frutos secos, frutas no excesivas y algunos vegetales… sobre todo si los puedo cultivar yo misma… hojas de acelga y otros, y entre estos vegetales voy incluyendo lo que se llaman «hierbas campestres».
Mi último descubrimiento, ya que no lo había hecho antes por el alto grado de suciedad o contaminación que tienen habitualmente una planta vulgar: la malva, no lo había hecho antes… pero tiempo me faltó al pillar unas bastante limpias. Una sopa sencilla de fideos con hojitas tiernas de malva es sencillamente deliciosa, sobre todo por su estructura. De la malva se pueden usar las hojas limpias (siempre que no tengan hongos o estén quemadas), las hojas tiernas y tronquitos, así como las flores… Pues eso: no olvidemos que el «campo» nos sigue ofreciendo plantas olvidadas que incluso nosotros podemos cultivar si tenemos un pequeño sitio, o incluso el «lujo» de poder hacerlo en una maceta grande para entusiasmo de los niños que muchos disfrutan viendo salir de una semilla una planta para contemplar después su crecimiento.
Pues eso: cuando vayáis al campo o a la montaña hay que hacerse con sus regalos y observar las plantas silvestres que son comestibles para así también hacernos una idea de que todo no está en las bandejas de los supermercados.
También nos lleva a congraciarnos con el esfuerzo que la Naturaleza hace para que nosotros y todas sus criaturas podamos sobrevivir.
Y también tener conciencia para no destruir los ecosistemas y descubrir que estamos pisando sobre la Piel de un Planeta que hace miles de años no era como es ahora y en muchos lugares podemos descubrir el origen de esa «piel», totalmente volcánica y que pisamos esa piel que es, ni más ni menos, que los RESTOS de todos los seres vivos que han habitado antes que nosotros… Las tierras más fértiles son aquellas que, precisamente, llevan los compuestos orgánicos vegetales y animales que han ido dejando su manto.
No olvidemos el maravilloso MUNDO VEGETAL, maravilloso por hermoso y maravilloso porque él si que, realmente, parece ser el único que se ofrece en «sacrificio» para que podamos sobrevivir el resto de los seres vivos. Mantener ese MUNDO VEGETAL en toda su biodiversidad… porque cada vez que matamos una parte de ese «Mundo» estamos matando no sólo una parte sino todo un complicado y armonioso sistema que más pronto que tarde nos responderá con nuestro propio desequilibio y escasez…