Esa frase sobre «La importancia de estar en Paz con Uno Mismo», traspasa muchos conceptos, dudas éticas sobre comportamientos ajenos, va más allá, incluso de la balanza de la justicia.
Es muy difícil actuar con Justicia, pensar en Justicia, dar en Justicia, y, sobre todo, estar en Paz y sentir esa Justicia dentro de un@ mism@.
Este mundo conflictivo, imposible de abarcar en todos sus sentidos, diferencias, infinitas concepciones; puede que, incluso, infinitas «verdades», conclusiones y sentimientos sobre ¿qué hacer? frente a cosas y actos ajenos que muchas veces sabemos que no son justos, que nos están tomando el pelo, que se creen que nos están tomando el pelo; que mucha gente confunde la «bondad» con la idiotez y el ser «generoso» con el ser imbécil y el «ayudar» con un síndrome de infinito retraso mental… Sí, no me estoy yendo de trayecto…
Nunca estamos al final de calle alguna; jamás estaremos con la verdad definitiva en nuestras manos. Actuar con Justicia, aplicar Justicia es muy difícil en muchas ocasiones.
Este multidiverso mundo de «cosas sociales» no es lo mejor, ni lo más perfecto para que alguien pueda llegar a sentirse feliz… Por eso es tan importante, primero, saber que la JUSTICIA es un sentimiento que desborda cualquier arribismo, cualquier sentimiento con el que se nos quiera etiquetar como de estúpido o tont@.
Soy consciente que a veces el actuar con bondad o con entrega o en línea «bondadosa» y abierta muchas veces invita a la gente a pensar y a actuar con arribismo, es decir, a abusar.
Cuando sabemos y nos damos cuenta del abuso ajeno, sea lo que sea, podemos entrar en un sentimiento de impotencia, de no saber cómo responder frente a una situación injusta. Entonces, milimétricamente, centímetro a centímetro, vamos midiendo nuestros pensamientos y formas para actuar. El primer impulso es ¿Qué hacer para evitar eso? ¿Qué hacer para quitarnos alguien o algo de enmedio o de encima porque nos está tomando el pelo? Encima creyéndose con el derecho a que sigamos actuando de forma bondadosa «porque sí», porque han entrado en círculos de empoderamiento donde el que abusa se considera por encima de la persona que ejerce y practica una bondad de forma natural.
Este tipo de comportamientos, incluso a mí misma me han llevado a deducir que la gente que actúa con arribismo, abusando de circunstancias o que se considera «con derecho a todo, porque sí», a veces se merece varapalos justicieros…, varapalos que se los tendrás que dar tú mismo o que se los tendrá que dar el tiempo a través del karma.
Este post forma parte de hilos de madejas enormes, porque hay que desentrañar todo, saber cómo alguien se puede convertir en persona cruel, saber por qué hay personas que odian, que se toman revanchas en las venganzas… Es algo duro, profundo… es el viejo sentimiento de SABER ACTUAR EN JUSTICIA Y CON JUSTICIA.
Entonces, imagino a un REY, uno de verdad, de los que había antes, o a un SABIO DE TRIBU que se ve frente a situaciones, auténticamente difíciles donde ha de IMPARTIR JUSTICIA. No es fácil, amig@s, no es fácil.
Por ejemplo, si das algo a alguien para que no robe y ese alguien sigue robando, ¿qué haríais? ¿Cómo implantaríais justicia? ¿Denegaríais esa ayuda a esa persona que la recibe porque sigue robando?
Es un dilema, un profundo dilema, en primer lugar porque la persona que ofrece esa ayuda se limita a sí mism@, Reniega de sí mism@; va a dejar de actuar tal como es él o ella mism@, en la vibración y sentimiento de la bondad y generosidad; esa persona va a ceder frente a quien roba porque va a pensar que negando esa ayuda hará justicia. Pero esa misma persona se va a Sentir Mal, va a Cambiar de Actitud, poco a poco irá variando su eje profundo vibracional inclinándose hacia el lado del que actúa mal.
Es un dilema, y esto me lo he planteado estos últimos días, en verdad, porque hay que admitir que «hay gente para todo» y que lo más común es encontrar a gente desagradecida, gente que encima te toma el pelo, gente que va a ir a por ti, de una u otra forma; gente que, al fin y al cabo, va a intentar irritarte, con la maldad íntima de «creerse» superior a quien le está ayudando. Esto es así, y hay que admitirlo.
Sabemos también, desgraciadamente, que hay mucha gente que Odia este Mundo, no lo vamos a negar. Hay mucha gente que desea constantes desgracias a los demás, y que incluso desearía que el «mundo» entero entrase en guerra, en apocalipsis, en el fin final… ¿Vamos a negarlo? Hay mucha gente que odia, que siente un odio profundo hacia el mundo, hacia los demás…, en el fondo odia su propia vida y desea trasladar ese odio hacia todo lo que le rodea. Puestos en este punto, esta misma gente se siente «agraciada» y feliz cuando la dictaduras se imponen, cuando los criminales llegan al poder, cuando se desatan violencias y cuando ocurren grandes desastres, incluso sienten que «desde el cielo se hace justicia», porque es un sentimiento negativo de odio hacia todo lo que les rodea.
Amigos y amigas, desgraciadamente, hay mucha gente-tipo de esto que acabo de relatar.
Pero vamos un poco más allá, vamos a situarnos en la gente Sabia, en la Gente que ha tenido que Reinar, Gobernar o estar al frente de una Tribu, administrando justicia y generando de forma equitativa a la gente que está bajo sus decisiones finales y bajo sus administraciones que, ante todo deben de SER JUSTAS…
Hoy en día estas dudas, se intentan resolver de forma muy parcial: se redactan leyes que no significan que sean JUSTICIA, sino leyes aplicativas, entonces quien está al frente se guía por esas «leyes», importándole un rábano lo que haya por detrás o en el fondo. Es un modo de relajar esta dificil controversia de TENER QUE ADMINISTRAR JUSTICIA. Las leyes siempre han facilitado los caminos para quienes se encuentran en los poderes (gente honesta y gente no tan honesta), para administrar lo que los papeles dicen, sin tener que llevar su alma, su conciencia y mucho menos su mente hacia lo que en verdad ES JUSTO.
Antiguamente, sabemos que existían los chamanes, los grupos de ancianos que se retiraban a la hora de tener que DECIDIR SOBRE UNA JUSTICIA. Sabemos, también, que muchos de estos encargados SE ACERCABAN A LOS DIOSES, A LOS TEMPLOS PARA SER «ILUMINADOS» SOBRE LO QUE DEBÍAN DE HACER Y CÓMO DEBÍAN DE ACTUAR.
Este es un post muy reflexivo, porque hay que saber que este «mundo» no cambiará, en realidad, ni evolucionará hasta que no hayamos resuelto grandes dilemas interiores, mentales, álmicos y del corazón cuando se tiene que actuar en JUSTICIA.
Luego, como ya he dicho antes, cuando intentamos administrar «justicia» evitando, retirando, no dando…, entramos en la dinámica de quien está actuando como esa persona «lista», gamberra o medio criminal que sabe que puede abusar porque considera que los demás se van a dejar abusar.
Lo primero que hay que hacer es ENTRAR EN VÍAS INTERIORES DE PAZ. No intentar nunca administrar justicia o saber ser justos, de modo inmediato. Al igual que esos sabios, chamanes, jefes de tribus y reyes auténticos hicieron miles de años atrás, debemos de pedir no solo «consejo» al Cosmos y al Universo, sino que vamos a pedir «ayuda» al Cosmos, al Universo. Jamás debemos de cambiar nuestra vibración por mucho que nos llamen o te llamen idiota o jilipollas, o estúpido, o tont@, o imbécil… jamás… Porque cuando entramos en ese grado de intentar equilibrar ese mal entramos en esa vibración, donde, seguramente, quien está ayudando o favoreciendo se va a ver afectado y a la corta o larga dejará de actuar tal cual es…, se sentirá mal y pensará que este mundo «no tiene arreglo» alguno.
Sí, sí tiene arreglo, por mucha gente «aprovechada», por mucha gente malpensada; por mucha gente que intente dominar-te para el bien de su propio ego… Existe ESA JUSTICIA, pero no se ha de aplicar tal cual la entendemos aquí y ahora, y menos sentirnos impotentes.
La Justicia auténtica, ese sentimiento, nos llega a través de la Paz. No hay que negar ni negarnos lo que somos y menos cortar de forma brusca algo que estamos haciendo sintiéndonos defraudados, engañados e infinitamente estúpidos e impotentes, dejando al «mundo» en su libre carrera hacia ninguna parte.
Cuando alcanzas el sentimiento de Paz, no hay duda alguna cuando ofreces algo, cuando das algo, cuando ayudas, cuando estás, cuando vas a seguir actuando tal cual sientes… Sabes que aunque exista esa parte negativa si se ignora de forma consciente, es probable que esa parte negativa deje de actuar en ese sentido para doblegarte a ti.
Las «cosas» se ponen en su sitio, sobre todo cuando no se doblega o se fuerza una situación…, cuando se pide ayuda interior para saber qué hacer, sobre todo para seguir sintiendo esa Paz, es seguro que cualquier situación errónea y con el sentido de revertir todo lo positivo, al final frene. Es como cuando alguien intenta empujar una roca, si no consigue moverla, dejará de empujar esa roca y se irá con su inento hacia otro lugar o, simplemente, cesará en sus intentos de derribar rocas a las que no va a poder derribar.
Es el principio de todos los principios: LA INAMOVILIDAD DEL BIEN, como un eje. Imagínate, imaginaos ahora a un Sol que lleva a su alrededor varios planetas, por ejemplo nuestro sistema solar. Ese sistema solar atrapó lo que iba a estar en su órbita, y expulsó o se fue de ella lo que no iba a pertenecer a ese conjunto. Son ejes inamovibles… quizás el principio de toda la Eternidad… el principio de la inmutable continuidad sin que nada se desbarate. El principio de la constancia y de saber SER UN EJE, nunca un dictador o un líder o un mandatario, sino un EJE.
Gracias por vuestra lectura, Amig@s !!!