Cuando el Amor viene en forma de Recuerdo…
Recuerdos olvidados…
Olvidos que son y fueron recuerdos
porque hay días en que hemos olvidado.
Este en concreto vino de forma sencilla, no está relacionado con personas o persona alguna…, sino con un pequeño Amigo que me dejó hace muchos años.
Algo escribí sobre él porque fue un dolor grande en su momento, pero que se convirtió en LUZ y ALEGRÍA, casi como si de un bebé se tratase, un NIÑO PEQUEÑO.
La historia no puede tener más emoción en mi Corazón y aunque las batidas de las Olas de la Vida, vigilando la barca de la Existencia hay momentos en que anulan los recuerdos porque hay que seguir y seguir tirando de la Cuerda de la Resiliencia…, aunque en esta vida encontramos a gente no-noble, no-agradecida, a gente irritante (de todo tiene que haber, claro), que vive más en la galería que en sus aposentos o casa interior…, a pesar de todo, lo que ha sido BUENO aunque haya mostrado su cara más dolorosa, no nos abandona nunca, y tengo que reconocer que hay «casos», hay Vidas que no nos dejarán nunca, aunque nos hayamos separado hace tiempo, el suficiente, tal vez incluso, para creer que hemos olvidado…
« … Trotecillo era un perro pequeño…, no recuerdo cuántos años tenía, pero un día lo vi extraño, le colgaba la mandíbula inferior… Lo llevé el veterinario y me dijo que no se podía hacer nada: se había roto solo el hueso inferior. La solución era, quizás, la máas apropiada: hacerlo dormir para siempre… Pero hubo algo que no me permitió hacerlo. Trote siempre había sido muy alegre. Se le extrajo el hueso roto y quedó la parte inferior colgando… Parece algo terrible, sí… Pero no sé si fueron sus GANAS DE VIVIR, SU ALEGRÍA, lo que me hizo no derretirme, porque él tampoco se derritió, en absoluto. La pena dejó paso a algo más superior… Casi ni puedo recordar el proceso porque solo sé que fue doloroso, sobre todo para mi. Decidí, entonces que si él quería vivir yo tenía que ayudarle… Y cada vez que le veía, le saludaba con alegría, le tocaba la cabecita con cuidado, y hacía el tonto/la tonta, como un payaso delante de él, animándole…
Parecía que no le dolía. Poco tiempo después se fue retrayendo ese enorme labio inferior, le salía un poco la lengua, pero aprendió a sostenerla hacia adentro.
Supongo que otra persona hubiese sentido cualquier cosa, menos bonita por tal de no verlo y que le recordase parte del dolor de «esta vida».
Aprendimos los dos: yo de él, y él de mí, y cada vez que tocaba darle de comer, cacharro y cucharita pequeña en mano, daba saltos de alegría… esperaba con ansia que le diese su comida.
Lo cogía y brazos y poco a poco aprendí a darle con paciencia para que no se ahogase. Él aprendió a deglutir y comía bastante deprisa…, nunca dio señales de asfixia, de que se fuese el alimento hacia otro lado, ni de que le costase…, todo lo contrario: comía(tragaba) con rapidez y luego, ya satisfecho, incluso con algún eructo final, se echaba a dormir, extasiado y feliz… La naturaleza, parte de ella, había hecho su trabajo, le había ayudado a llevar bien esa situación. Trote era hermoso, muy hermoso… Y, sobre todo, era una LUZ DE VIDA… Su alegría, sus ganas a la hora de comer, que esperaba siempre con ansia…
Aprendí a cantarle cada vez que le daba una cucharadita…, él me miraba y seguía, comía rápido, tragaba rápido, estaba gordito… Estaba feliz.
Aprendí a ser parte de su Alegría y a hacer de Payasa de turno para hacerle sonreír…, supongo que en parte lo conseguí.
Trote vivió bastantes años así… hasta que un día ya MARCHÓ. Lo hizo sin sufrimiento, sin dolor… TODOS NOS TENEMOS QUE IRNOS, CLARO…
Dejó en mi vida esa historia triste pero intensa y alegre, y en días como en estos, RECORDARLO me ha hecho reconocer la importancia, de nuevo, de lo que significa VIVIR y TRANSMITIR ESA LUZ y ESA ILUSIÓN, porque esto es lo que hace que nuestro alrededor y los seres que nos acompañen PUEDAN SENTIR TODA ESE ENTUSIASMO DE VIVIR…
APRENDER A HACER DE PAYASO O PAYASA PARA QUE ALGUIEN SONRÍA… DAR SALTOS Y CAMBIAR DE HUMOR CUANDO TIENES QUE TRANSMITIR LO MEJOR PARA QUE SANEN Y PERCIBAN SOLO EL AMOR, JAMÁS EL DESASTRE NI EL DESÁNIMO NI OTRAS COSAS PEORES…
A veces, amigos y amigas, no siempre las mejores cosas y las mejores enseñanzas nos vienen de nuestros semejantes, sino de quienes y a quienes tenemos que entregarnos en un momento determinado…
De Trote no recuerdo esa circunstancia que le hizo ser diferente, sino SU ALEGRÍA, SUS TROTES, SUS SALTOS PEQUEÑOS DE GOCE, SUS OJOS VIVOS, LAS GANAS CON LAS QUE DEGLUTÍA SU COMIDA DIARIA… Su recuerdo viene a ser para mí como ese vaso de agua cuando uno está sediento… porque en esta existencia la mejor Bebida de todas es el AGRADECIMIENTO.
Gracias pues a vosotros por vuestra lectura, es posible que, incluso, haya sonado alguna campanita en vuestro interior. No lo dudéis: es TROTECILLO, como le llamaba yo en los últimos tiempos, quien está repicando desde alguna parte como lo ha hecho conmigo…
SOLO EL AMOR AUTÉNTICO
TIENE ALAS.
PERO, SIN DUDA, A VECES,
SI TENEMOS QUE HACER
COMO LAS ÁGUILAS…
DEBEREMOS MARCHAR
HACIA LA ROCA MÁS ALTA,
Y ALLÍ, GOLPE A GOLPE,
RENOVAR NUESTRO PICO
Y NUESTRAS GARRAS…
PARA PODER SEGUIR EN VUELO,
DISFRUTANDO NUESTRAS ALAS,
QUIZÁS, MUCHOS DÍAS Y LUNAS MÁS,
EN NUESTRA MORADA…
–Aquarius.