Padre Nuestro que estás…

Padre Nuestro que estás…
en ninguna parte.

Lamento que te hayan puesto altares para venerarte.
Siento también, profundamente, que te encierren en templos y lugares.

¿Cómo encerrarte Creador cuando estás en Todas Partes?
¿Cómo adorarte en rituales cuando el rito mismo consiste en la Vida?
¿Cómo levantar altares, cuando sabes y sabemos que no los deseas?
¿Cómo hacerles entender, de una vez, que eres Juez porque estás en cada uno?
¿Cómo hacerles entender que no necesitas de falsías porque en todo estás presente?
¿Cómo hacerles entender que no perteneces a ninguna religión?
¿Cómo tú, mi Creador, nuestro Creador puedes tener rosarios y altares,
ni suelos pulidos, ni alfombras repujadas ni hijos en sangre chorreante?

Padre Nuestro que estás en todas Partes
danos el pan nuestro de cada día…

Mejor enséñanos a cultivarlo y a repartirlo, porque sin tu Alimento
toda vida es miseria y desperdicio… desperdicio del que mucho abarca
y poco afloja porque su egoísmo –piensa, cree–, que queda oculto y que nada se sabe…

Padre Nuestro que eres la Existencia Misma inabarcable…
perdona nuestra ignorancia, perdona nuestras reacciones porque son muchas veces
sombra de la causa-efecto en este mundo reactivo por condicionamiento de la ignorancia.

Padre Nuestro, líbranos del yerro y de errar más o de ofender a nuestros ofensores.

Padre Nuestro, Inmenso, Eterno, sin techo, sin templos, sin cruces, sin rituales absurdos
sin hostias ofendentes que entran por las bocas de la ignorancia pensando que eso son milagros.

Enséñanos la humildad, cada día, porque en la Humildad
existe la Grandeza del Todo.

El Todo, Padre, es la renuncia a las cosas que sólo duran unos instantes.

Las cosas, Padre, son de Todos… pero eso es el pecado de la ignorancia de
quien en vez de pedir sembrar el pan para repartirlo,
pide el pan directo de tu mano y guarda el resto en su saco.

Perdona las miserias que son producto de la falta de luz,
ilumina los rincones infectos que quedan soterrados.

Padre Nuestro que estás en Todas Partes, enseña a tus Semillas
que el pecado es el error, que no hay pecado que sea perdonado
porque el error de la ignorancia queda arraigado
en las losas de la existencia de cada ser vivo que se piensa que va a ser “perdonado”.

Así sea, por y para ahora, por y para después y tal vez para mañana,
porque el futuro es un sueño donde viven anidados y anclados los títeres del sueño de la ignorancia.

Así sea, pues, de ahora en adelante en tu eternidad… para que las Criaturas,
tus Criaturas, logren vivir cada momento en la estupefacción
del Asombro que es reConocer tu Inmensidad.

Pertenecemos a Ella. Así sea

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