El odio genera más odio. El rencor genera más rencor. La dependencia genera impotencia, subyugación, desigualdad, deshumanización, falta de dignidad; su motor reactivo será ese mismo: la deshumanización el odio y el rencor.
Una guerra jamás paró a otra guerra. El vencedor venció al vencido por medio del poder aniquilador. Nunca jamás un movimiento de guerras generó la Paz.
Jamás un campo de minas dio fruto ni alimento sino que sembró la muerte y el terror. Jamás un fusil o cualquier otro arma dio algo que fuese generoso y amable, sino que sembró la muerte, el horror, el dolor, el sinsentido. Jamás un tanque labró las tierras para ser cultivadas para alimento de muchos.
Jamás una bomba nuclear ni de cualquier otro aspecto material dio a conocer a la Humanidad un gran descubrimiento y algo para almacenar perenne, salvo el terror, el dolor, el sinsentido, la sinrazón, lo inexplicable e inalcanzable del mal que puede albergar un cerebro «humano».
Jamás un bofetón generó una sonrisa en quien lo recibió.
Jamás un NO te voy a dar, generó vibración alguna de agradecimiento, sino de impotencia por parte del que NO TIENE.
Jamás ningún Dios exigió ningún sacrificio de sangre. Eso es totalmente erróneo… pero han pensado, han creado y creído que los dioses exigían sangre. Creo que los dioses, espantados de tanto horror al final concedían lo que esas burdas criaturas exigían a través de la sangre ajena. Parar el delirio de las muertes concediendo para que parasen en sus horrores. Es que los dioses jamás entendieron el por qué esas «criaturas» no pedían de otra forma, con más gracia y armonía, porque esas otras «formas» iban a generar esos mismos frutos pero más duraderos al llevar la vibración armónica de la petición.
El delirio de la sangre. El delirio de la muerte, por lo general, siempre del «otr@». La rueda de la destrucción jamás fue constructiva. Quizás frenó un instante, pero luego aplastó sin piedad a quienes la pusieron en movimiento.
El delirio de la sinrazón… pero… ¿no habíamos pasado ya de la etapa de la pura y dura «razón»? Es que ni siquiera eso de la «razón» sirvió ni sirve ya para proyectar nada nuevo y eterno en el «tiempo». Jamás la razón será atemporal, porque la razón siempre la generan quienes se fundamentan en conceptos de tiempos temporales, muy temporales y geolocales.
Jamás una espada sirvió para pelar una manzana o un melocotón. Jamás un hacha sirvió para cortar el pan. Jamás una flecha sirvió para atrapar un átomo o un fotón de luz. Jamás la pólvora sirvió para condimentar un guiso o para alimentar a los hambrientos. Jamás ningún título sirvió para abrir la puerta de cielo alguno.
Jamás ninguna aclamación ni ritual ni sacrificio único o colectivo sirvió ni al mismo diablo para que éste les diese el «hijo» anticristo que fuese a dominar todos los Elementales y a Dios Creador mismo.
Jamás el sacrificio de una vaca dio como beneficio el obtener leche de sus ubres muertas. Jamás un ciego pudo ver por mucho ojo de cristal que pusiesen en sus cuencas los científicos.
Jamás de la tierra muerta y seca salió ningún fruto o alimento. Jamás de ningún agua muerta surgió la vida.
Jamás brotó de un grano de arena una playa entera: así de absurda es esta humanidad, así de caóticos y de borrachera plena son los tiempos que corren, alineados en la desgracia y en la miseria. Sin querer dar-NOS cuenta de que las playas se Crean con millones y millones de granos de arena: así de sencilla es la Sentencia de todo esto, para que quien Quiera Entender ENTIENDA.