Archivo mensual: febrero 2015

Hay que descuartizar la política

En muchas creencias se descuartizaba al enemigo, a fin de que éste jamás pudiese llegar entero al otro Lado, y así impedir que volviese de nuevo a la Vida y se vengase.

Quizás así dicho, esto suene muy fuerte y sangriento. Pero si lo miramos por esa otra vertiente “paralela”, quizás lleguemos a entender que “descuartizar la política” puede ser algo que realmente le debemos como institución.

Sí, realmente la política, los políticos se han constituido como una auténtica institución. Se ha convertido en algo más que un oficio para ser toda Una institución. Una institución cerrada y casi, hoy, obsoleta.

Hace unos años atrás, allá por 2010, cuando comencé a hablar en algunos blogs sobre la bicefalia partidista de este país (igual que en Norteamérica), ni llegué a imaginarme que estos momentos que hoy estamos viviendo llegasen a producirse.

La gente, aferrada a esos bipartidismos tan enquistados. Tan aferrada a que no les cambien nada, porque, parece ser que, en este país estábamos alabando y adorando al santo refrán de “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. De esto fui particularmente testigo, del aferramiento de las gentes a lo ya conocido, a no querer cambiar, aunque estuviesen manteniendo y siguiendo a “santos” ladrones. Cuando practicas el marketing a puerta fría, intentando convencer a los consumidores, mejor dicho, hacerles ver que pueden ahorrarse unos dinerillos si cambian una compañía por otra, te encontrabas con que, aunque viesen los números y comprobasen por otros medios lo que les decías, no querían, bajo ningún concepto, hacer ese tipo de cambio. Quizás el miedo a ser engañados, quizás el no dejarse doblegar por nadie que viniese a convencerles de “algo mejor”… Bueno, cada cosa tiene su miga, la verdad, pero bien es cierto que los grandes ladrones corporativistas de este país, cuando cogen entre sus garras a los clientes de siempre, los que no protestan, los cargan con las más ignominiosas tarifas, siendo las buenas, las ofertas, siempre para los nuevos contratantes, pero esto la gente no quería verlo ni con cristales de un dedo de grosor. Aferrados a sus ladrones “de siempre” te despedían contentos, te cerraban la puerta en las narices y tan felices porque no se habían dejado doblegar o llevar por algo que ellos no conocían y que no les había ofertado su ladrona compañía.

Algo ha pasado, evidentemente, desde que se empezó a mover la gente, gente no sólo joven o de mediana edad, sino gente también de gran experiencia con años ya a sus espaldas. Algo pasó para que nos movilizásemos, unos a pie de calle o asambleas, otros a través de los blogs. Se crearon asociaciones, muchas asociaciones, la gente se reunía… No parecía que el cambio llegase a producirse. No parecía que la gente llegase a despertar. Eran los años precederos al 2012, cuando se hablaba del Gran Despertar, cuando también se hablaba –sobre todo—del fin del mundo. Del fin del mundo que anunciaban los mayas.

Quienes estaban ahí aposentados en sus poltronas, no creían lo que se les venía encima. Creían que iban a tener suficiente con lanzarse los cubos de basura unos a otros. Los mítines, todos, llenos de “mire usted lo que tiene dentro de su partido”, “pues no le digo lo que usted tiene dentro de su casa”, y así,… así, todo resuelto. Se pensaban que con tirarse los trastos y levantar las cortinas para ver la basura de cada uno, iban a tener suficiente.

Todavía, de hecho, están en esas. Mira que son duros. Mira que tienen el cerebro duro. Y es que, como en el marketing, siguen su “estrategia” politiquera. Esa estrategia aprendida en escuelas de política y de masses medias. Esa estrategia del borrego que sigue al otro, esa estrategia de distraer la mirada del borrego, esa estrategia de ofrecer grandes promesas y luego, si la dije, ni me acuerdo. Al fin y al cabo, son sólo eso: estrategias. No ofrecen nada, nada en realidad.

Y es que, hasta ahora, daba igual lo que ofreciesen, porque la gente estaba tan contentamente aborregada con esa calidad de “demodictadura” europea, que les daba igual. Para ellos, como para muchos “buenos creyentes”, bastaba con ir a depositar la papeleta a las urnas. Urnas, que por cierto, y hasta últimamente, ha dado igual que se tratase de cajas de cartón o de galletas o de zapatos, porque la falsimedia politiquera ésta, ha llegado, hasta extremos insospechados. ¡Dios, pero qué hipócritas, qué cínicos, qué sinvergüenzas! Y, aún y así, cuatro o más de cuatro borreguillos fueron a defender los pastos de su cercado. Claro, consideraban que era su cercado, y que más afuera estaba el lobo que iba a entrar en su corral. ¡Vale! Lo que no veían es que el pastor de esas ovejas era más taimado que el lobo de fuera; que el pastor lo que pretendía era distraer al lobo con las ovejas ahí pegadas a la valla, mientras él, todo chulo y listo quería llevarse las mejores viandas. ¡Para eso tenía a sus ovejas, para eso las pastaba en esos pastizales que les había prometido que iban a ser para siempre suyos y no del lobo o de otras ovejas! Había que levantar vallas. ¡Vaya que sí! ¡Vaya que sí!

Volviendo al resto de la especie politiquera, recabar que sí: que un partido de ésos (políticos), claro, requiere de fondos, requiere de gran expectación por parte del gallinero. Requiere, en definitiva, de aporte dinerario… porque y si no ¿cómo narices se va a enterar el gran gallinero, el gran corral, de que existen otras tendencias que no las de los enquistados políticos de “siempre” y sus sucursales “templarias”: los partidos?

Esos partidos, con sedes y sucursales por todas partes; con sedes y oficinas con empleados de su propia estirpe. Con gente de su misma secta: la secta política de siempre. Esos partidos, que, maravillados, extasiados, con sus eficaces cabezas, con sus ídolos elegidos para que les representara ante el resto de todos los partidos, y, sobre todo, que fueran el marchamo, el sello de identidad de lo que estaban representando: en el fondo, sus ideales. Bueno… eso que llaman “sus ideales”, porque al fin y al cabo se trata de elegir vías por dónde y cómo y hacia dónde han de fluir los dineros. Sobre todo los suyos, y… si teniendo suerte llegan al “gran púlpito”, hacerse con el dinero de todos, que para eso, Ellos, son los Elegidos. Para eso, ellos, son las voces de las grandes manadas. Pero en fin… En estos últimos tiempos ya se ha visto, se ve… y lo que no se Ve, que debe de ser mucho… mucho… mucho… y… mucho más de lo que estamos viendo, que lo que ellos representan, no son “ideales”, sino ideas muy concretas, tan concretas como mórbidamente corpóreas. Tan mórbidas como letales al fomentarse como “su pan de cada día”. Aquí, robo yo, mi hermano, mi primo, mi cuñado, mi padre, mi abuelo (q.e.p.d.) no, porque ese nos tapa desde su tumba; pero, a lo mejor, mi hermana y mi cuñada (¡ah, no, con ésa no, que se me atraviesa).

En fin, que en estos últimos años donde nos han apretado tanto y tanto hasta que habemos una gran parte de la población pasando miserias, necesidades y soportando las necedades de los que no se Enteran. Porque todavía los hay, vaya que sí. Eso sí, mientras, y para que no quede, hay que fomentar eso del racismo. Eso: LA CULPA DE LA CRISIS LA TIENEN LOS DE FUERA.

¡Ah!, qué tristeza sentí una mañana en que en una esquina, vociferando, una buena señora, gritaba, bastante por cierto, seguramente a algún pariente suyo, un chaval que presentaba claros signos de tener algún tipo de dificultad fisiológica (quién sabe si psicológica, según lo establecido por la ley), pues le andaba gritando casi, que esos moros y esos negros eran los “elegidos”, que ésos eran los que se llevaban las subvenciones que a él le estaban negando.

Bueno, a grandes cr-isis, grandes sol-uciones. Para eso se diluyeron en la nada otras más grandes instituciones mundiales, que no globales (qué finura eso de “global”, tan aéreo, tan efímero, tan explotable ello), como los grandes imperios. Esos que parecían que se iban a extender más allá de las grandes rusias y llegar hasta las alaskas y no a las antártidas porque aún no se tenía conocimiento de ellas. Esos que parecían que iban a ser eternos y que cuando ya estaban tan lanzados en sus roles y trolas legislativas y demás lindezas de lo que tenía que ser una sociedad de su tiempo… ¡Mira, van estos de ahora y más de lo mismo! Pero no, ahora hay quizás algunas sutiles sutilezas: antes se mataban a cuchillo, a puñal y, sobre todo, a venenos; ahora, hasta no hace mucho también era usado eso de los “accidentes”, los atentados (protagonizados por los malos), y los venenos solapados… y quién sabe si no, hasta de retorcidos y engendrados cánceres. Pero ahora… ahora que la gran borregada emergemos de la existencia del tontosocialismobobalicón, del laureado bienestar social de la aburrida antenita reguladora de las mentes que transporta a las pantallas aquello que ha de conquistar a las grandes masas a través de sus mentes superiores, sus superegos y, sobre todo, creando lacayos consumidores de las grandes corporeidades que sustentan las grandes sociedades. Las grandes compañías, sombra de esos otros lacayos de los grandes poderes: los políticos y sus templarias instituciones que crean su propio credo y su propio catecismo, porque para eso son ellos. Para eso regulan tendencias politiqueras: izquierda, derecha, centro, centroizquierda, socialdemócratas, tecnócratas, liberales, neoliberales, conservadores, democristrianos, animalistas, comunistas, castristas, chavistas,… en fin, tantas y tantas especies de políticos como ni recordamos que haya habido en toda la Historia escrita. ¡Ah, y ahora eso de los “eco” y los ciudadanistas! Eso sí, se cuidan mucho de nombrar, ¡para qué!, eso de la extrema izquierda… ¡Qué miedo la extrema izquierda, casi más que la extrema derecha o el nacismo más puro!

Y es que han dividido a la humanidad en especies tan subespecies que yo creo que lo que han hecho ha sido olvidar algo muy importante, que las “personas” son Seres Humanos, y que a eso es a lo que debemos atender y no a otra cosa: A LA HUMANIDAD ENTERA.

Sí, dicho y expuesto, que empiece el descuartizamiento de la política (ojo, esto no es apología del terrorismo –que es otra especie también floreciente–), que no el de los políticos. Porque descuartizar la política será relegarla, para siempre ¡ojalá!, al olvido. Porque hemos de crear nuevas formas que nos unan. Nuevas formas que no sean “políticas”. Nuevas formas de congregarnos como Seres Humanos.

Y es que los políticos, los gobernantes, seguramente recibieron muchas clases de muchas cosas, seguramente de tantas que no cupo en su cabeza, por eso tuvieron que desechar unas cuantas, sobre todo eso que se llama “Filosofía”, “Filosofía Existencial”, “Humanismo”, “Humanidades”, “Teoría del Todo”, “Geometría Sagrada”, “Enseñanza” (que no educación o conductivismo),… etc. Etc. Y es que así de necesario lo consideraron desde sus tiempos para mantenerse ellos como los reyes de todos los Graneros de este Mundo.

Olvidaron que bajo los Graneros del Mundo pueden surgir Hormigas, Hormigas organizadas que, puede que en un plis plás, arrasen con todos los granos, y que ¿quién sabe?: hasta lleguen a sus pantalones y los dejen en los más puros cueros. En las vergüenzas de lo que son, porque al fin y al cabo son sólo eso: políticos,… probablemente una especie en extinción.

Y es que la política no es el único ni el solo medio para Vivir y Convivir, sobre todo, como Seres Humanos. Como las Hormigas, las mejores organizadas en el Planeta, probablemente, podemos y creo, que, llegado el momento SABREMOS y PODREMOS ESCOGER y SABREMOS ORGANIZARNOS de forma diferente.

¡Ojalá y que no nos cueste tanto! Confío en la Natural Inteligencia, en la Inteligencia Sagrada que Tod@s poseemos. De esto y en esto estoy me afirmo. Cada vez hay más seres Sabios. Grandes Seres, Seres Humanos Serenos, Seres Humanos que saben estar en todos los escalones, porque son sólo eso: escalones donde podemos (tod@s) subir y bajar de acuerdo y según sean nuestras necesidades.

Ojalá este mensaje os llegue al Corazón, porque entiendo que muchos de los que están haciendo posible este Gran Cambio tienen un gran Corazón, o un Corazón que va Creciendo, porque palpita como los Latidos del mismo Sol. Y es desde el Cosmos de donde nos llegan todas esas partículas inauditas que son las que o a bofetadas o a caricias nos están haciendo regresar hacia la Madre y hacia el Padre de la Creación.

La Inteligencia de la Madre es tan Perfecta que sólo basta con observarla para encontrar en ella los Caminos que debemos de tomar para acercarnos más hasta (según cada uno entienda) nuestro Dios Creador.

La iglesia de los Pobres

Bienaventurados los Pobres de Espíritu, porque de ellos será el Reino de los Cielos.”

La verdad es que esta Bienaventuranza a veces me costaba asimilarla. El sentido puede ser doble. Si lo miramos como pobreza de espíritu, puede indicar que careces de riqueza de espíritu, por tanto sí eres pobre de espíritu.

No significa eso ni mucho menos. Lo que significa es que eres Pobre en Espíritu, que tu vibración corresponde a la de un no-rico, que eres pobre porque has nacido pobre. Hemos nacido pobres, no tenemos nada. La única Riqueza es la que nos otorga la Creación. Reconocer, pues, que vamos a ir por este mundo como un Pobre, es reconocer que vamos a valorar la sencillez, la humildad, que no tenemos nada, porque con nada hemos nacido, salvo con la Vida que nos ha sido otorgada.

Andar por la Vida como un Pobre requiere una dura enseñanza. Escogemos ser Pobres, porque cuando escogemos esta vía en este “mundo”, estamos reconociendo como Hermanos a todos aquellos que carecen de riquezas materiales. Estamos reconociendo los problemas, las necesidades, las dificultades, las carencias del Otr@. Eres pues un/a Pobre. Escoges esa vía para vivir toda la Riqueza de la Existencia.

Los Pobres de Espíritu no escogen la riqueza material ni se apegan a ella, y si la llegan a conseguir, saben que la han de repartir con los Demás. Esto es la Abundancia. La Sabiduría de ser Abundante es haber sabido ser primero: Pobre.

No puedes escoger vivir como un pobre, o como un friki un tiempo para luego volver a la opulencia de la sociedad, eso es engaño, y hasta se puede utilizar de cara a la misma sociedad para aparentar haber aprendido y ser un trascendido. Quien de verdad escoge este Camino, lo escoge con todas sus consecuencias, por muy duro que pueda llegar a ser.

Cierto que hay quien es pobre porque no ha tenido oportunidades para acceder a un grado alto o medio de riqueza material. Entre estos pobres están los humildes, los que admiten su vibración como Pobre Espiritual y agradecen la grandeza de la Existencia. Están los otros, los que siempre luchan para salir de la pobreza material, sintiendo la lacra a la que son sometidos, esto convierte su vida en una auténtica batalla, y en esta batalla es posible que se acumulen odios, desgracias y otras duras consecuencias derivadas de la imposición de la pobreza.

Dicen que el papa Francisco ya desea que esta iglesia, que esa institución, sea la Iglesia de los Pobres. En esta denominación se encuentra implícita esa doble intención: los Pobres materiales que deben ser protegidos por la iglesia, como seres hermanos. Y, desde luego, entiendo yo que si accedemos a la otra y real vertiente, creo que lo que pretende es crear una Hermandad de Pobres de Espíritu. Una hermandad de bienaventurados que admiten que sólo en la pobreza material escogida (la no opulencia), está la auténtica Riqueza de la Humanidad.

* ** *

El otro día escuché en un programa radiofónico que Francisco se la estaba jugando. Recordemos lo que pasó con Juan Pablo I, que, por lo visto llevaba también la intención de algo parecido a lo que él Quiere y Va a Hacer.

Sí, desde luego, Francisco se la está jugando, alerta demasiado a los poderes; a los poderes corruptos los llama por su nombre; llama depravados a los miembros de esa institución que cometen los llamados “pecados” de la carne, es decir, los pervertidos que hasta ahora han sido solapados. Francisco alerta también que no nos pasemos con la Madre Naturaleza, que hay que Respetarla, porque es Ella la que nos Alimenta. Advierte a los que pretenden pagar con dinero su entrada en el “cielo”. Advierte sobre los miles de seres humanos que dejamos morir de hambre, o ahogados en accidentes de pateras, o en las desgracias de los grandes vaivenes de la Naturaleza. Advierte sobre el dolor de los niños. Advierte sobre tantas cosas… No se muerde la lengua. Advierte que tengamos Respeto hacia todas las creencias. Advierte sobre las guerras y la destrucción, sobre las enfermedades endémicas que padecen muchos por negligencia y por empoderamiento de las grandes multinacionales y poderes económicos. Advierte que es necesario que las Criaturas, en este mundo, comiencen a nacer a través del auténtico Amor y no de las relativas, supérfluas o prostituyentes (en muchos aspectos) relaciones sexuales.

Francisco sabe que ha nacido con un propósito. Ha llegado hasta donde se le permite levantar, si no la voz, sí el Mensaje para que llegue a todos los oídos. Sabe, seguramente sabe más de la cuenta, que es probable que su Vida esté en peligro, pero eso no le importa, por eso Francisco corre aquí y allá para intentar equilibrar el desequilibrio de este inframundo. Cierto que corre. Cierto que es muy consciente de que ha de dejar, cuanto pueda, hecho para que todo pueda circular de manera diferente.

¿Cuántos se atreverían a hacer lo que él hace? Muy pocos. Hasta ahora ha prevalecido la limpieza de los grandes intereses y poderes. Son estos últimos los que han ido sentando las bases para que este mundo esté donde esté ahora. No interesan revolucionarios ni Pobres de Espíritu.

De hecho, se habla con tanto desprecio sobre eso de las tendencias “populistas”, que más les valdría que se autoanalizasen, porque lo que hacen es re-asentarse sobre sus sólidos asientos. Les aterroriza perder su estatus social en manos de unos “descerebrados” que ni siquiera saben lo que hacen, por mucha cátedra o másteres que tengan.

Sí, los populismos acechan. Los pobres se acercan al gran Papa Hermano. Los niños aman al gran Papa Hermano. El Hermano Francisco. Francisco de Asís fue también un Pobre, amaba a los Animales, a la Naturaleza y a los Seres Humanos.

Hermano Francisco, no temo por tu vida. Ellos sí deben de temer por la suya, tan vana, tan superficial, tan poco consistente, tan destructiva.

Los Hermanos Pobres de Espíritu estamos unidos por una Consciencia que nos enlaza a todo el Cosmos.

Y es que entre estos Hermanos Pobres de Espíritu siempre reinó la conciencia, el rechazo interior de esas grandes “riquezas”. Debe ser que hemos nacido con polos muy definidos y nos repelen ciertas “riquezas”, las riquezas ciegas de la opulencia, las riquezas que se ceban en la miseria de los demás, las riquezas que sólo saben moverse entre ellas.

Entonces, Hermano Francisco, habrá que distinguir entre Pobres de Espíritu y miserables en espíritu. Los que escogen la Pobreza del reconocimiento de Pinocho en manos de Gepeto; y la miseria espiritual de los que no se reconocen como nada, simplemente como entes que han de cebarse, de una u otra forma, de la vida de los demás, como si fuesen auténticos cerdos: “No deis las Perlas a los cerdos”.

Debemos conseguir entre Tod@s una Casa del Creador con sus Creaciones Admirables
(un Reino, un Cielo y una Tierra Diferentes). Una Casa llena de Hermanos.
Una Casa llena de Humildes de Corazón “Porque de Ell@s será el Reino de la Creación”.

El Ojo de Dios

Dios no juzga a los Seres Humanos. Dios sólo se Mira en el Corazón de los Humanos.

Estamos tan acostumbrados a juzgar, según nuestro propio ojo, según nuestro propio interés, según lo que han intentado implantar en nuestro cerebro como patrón delimitador o vallas que limitan cada espacio para tenerlo todo tan encajonado, tan fácil, tan fácil que no nos preocupemos en mirar más allá o más adentro de los demás o de nosotros mismos.

Entonces juzgar se convierte en algo fácil. Claro. Y es que con meridiana facilidad siempre vemos el fallo de los demás.

No juzgar significa que aunque veamos los fallos ajenos, y no por las vías delimitadoras que nos han enseñado, sino porque las situaciones gritan sin voces el por qué se producen, no debemos, no deberíamos jamás empujar,… empujar,… empujar… para que vean según nuestro propio ojo, por mucho sentido común que pongamos.

No juzgar significa que Ayudar debe hacerse sin condicionamientos, no esperar nunca nada a cambio, por duro que nos pueda parecer, esto es en sí mismo la Liberación del Ser hacia una Conciencia Superior.

Es tan difícil saber ayudar,… porque «ayudar» siempre lleva pre-juicios o valores pre-determinados por una serie de aprendizajes o por el entorno donde cada cual se desenvuelve , donde se juntan una serie de «valores» que intentan ser establecidos para comodidad de cada cual.

Si nos guía el sentido común, más allá de los hechos… Si nos guía de verdad el valor del Yo soy Tú y Tú eres Yo para profundizar en el por qué cada ser humano responde de una forma u otra ante una situación, ante un problema, ante un obstáculo, llegamos a ver con claridad que las situaciones son porque así han sucedido a través de muchas o pocas secuencias relegadas a los actos, y, a veces, sólo esperan de la colaboración de los demás para poder llegar a buen término. Esto es No Juzgar.

Cuando me enteré que nuestra hermana Riven había dejado este plano se me ocurrieron muchas cosas. Muchos, quizás, veíamos. Muchos, quizás, sabíamos… Pero, ante todo estaba la libre elección de cada Cual.

Me enseñó que, realmente, Allí, no hay Juicios ni pre-Juicios. Que cada ser es Único y llega al término con un bagaje o un cansancio o, por el contrario, con muchas ganas de regresar de nuevo para hacer aquello que le faltó por hacer.

Dios, el Creador, ama a cada una de sus Criaturas. No las juzga. Sólo reside en su Corazón, no mira sus actos, sólo Se mira en lo que sintió. No puede por más que abrazar a cada Criatura para devolverla de nuevo a la Ilusión de la Creación, para devolverla a la maravilla de la Contemplación de la Existencia en alguna de sus formas.

En esas formas regresamos o volvemos para hacer o deshacer, influir o enseñar, ayudar, estar. No regresamos porque sí, siempre regresamos con una carga interior; siempre regresamos, quizás, para sentir en forma distinta aquello que no pudimos distinguir en su momento… quizás por circunstancias… quizás porque no supimos crear las sinergias perfectas que nos hubiesen dado el factor pleno de Reconocimiento de la Alegría de la Existencia en contacto con el resto de Criaturas Creadas.

La balanza con nuestro entorno es tan delicada que cualquier peso de más, aunque sea un átomo, puede alterar el equilibrio y estallar dándose el choque que va a alterar, no sólo al ser que actúa como centro de sí mismo, sino que chocará con el centro de los demás. Vendría a ser algo así como una explosión nuclear que altera un enorme radio, aunque no seamos conscientes de ello.

Cada vez que nos surja algo que nos empuje a juzgar con la razón o con el sentido común o, lo que es peor, con la vara de medir de una sociedad, o con la vara de unos valores establecidos; o, lo que es peor, juzgar según las leyes sociales, que no la Justicia, debemos frenar el impulso e interiorizar todo lo que necesitamos transmitir a nuestro propio centro existencial, a fin de que no sean los juicios, pre-juicios o cualquier otra sensación errónea (al estar cargada de actos temporales y humanos), la que se deposite en nuestro interior como una codificación automática y no como algo más: la contemplación del Ojo de Dios en nuestro Corazón será decisiva para saber no-Juzgar.

Cuando juzgamos estamos re-modelando todo nuestro entorno para re-codificar nuestra propia existencia. Estamos, incluso, re-creando un teatro, una escena donde las justificaciones nos sirvan para eso: codificar todo lo que está sucediendo. Pero ¿en verdad esto nos va a añadir Amor o sólo nos va a re-situar con una nueva codificación en el entorno donde nos encontramos?

Entonces sólo debemos mirar en nuestro interior, en nuestro Corazón y dejar que sea el Ojo de Dios quien allí libre su propio espacio. A partir de este acto de total entrega será como realmente podamos reflejarnos en el otro Yo y podemos viajar desde nuestro Yo Soy hasta el Tú Eres También. Quizás esto sea lo que podemos definir como Amor Incondicional hacia todas las Criaturas que conforman nuestro Entorno.

Sólo, quizás así sea que podamos crear esas sinergias expansivas que van a ir más allá de nuestro pequeño entorno, viajando como información hacia el resto del Cosmos.

Jung decía que no hay «casualidades». Cuando algo ocurre en nuestro interior, de forma automática estamos lanzando flechas, dardos o mensajes al espacio exterior, más allá de nuestra coraza áurica. Esas flechas se reflejan, más tarde o más temprano en «casualidades», desde el corazón del Cosmos, o desde el Corazón de Dios Creador nos son devueltas en forma de señales. Saber apreciarlas es un Don. Naturalmente, nos habrán de sobrar las prisas (ni siquiera yo estoy libre de ellas), las prisas crean distorsiones, esas distorsiones llegan a nuestro entorno y a todos los seres que nos rodean. Esas distorsiones crean otro tipo de corrientes no sinérgicas sino destructivas de los campos de Energía de los Seres que nos Rodean, que a su vez vuelven a enviar esos Mensajes al resto del Cosmos… Y, es probable, que desde allí nos lleguen las partículas correctoras que hagan modificar cualquier mala situación, cualquier situación insana o distorsionada.

El acto tan vulgar y sutil de juzgar, que se da tan a la ligera entre nosotros crea corrientes muy destructivas, y de ellas se sirven los seres que persiguen fines concretos en esta vida terrena. De hecho, cuando juzgamos, no damos con una vara en la cabeza a nadie, pero ese puñal que clavamos en las almas ajenas viaja como esos dardos: primero se modifica la secuencia terrestre y quizás quien lanza ese mensaje consiga su fin, pero tarde o más temprano todo ello volverá a su lugar, volverá a corregirse… Ese, quizás, sea el fin de la Justicia Divina. Esas partículas, incansables están, no-están, van-vuelven, vuelven-van y tratan de re-codificar cada mala corriente energética.

Todo vuelve a su sitio. Y en el Sitio Final no existe juicio… Allí, sólo hay una Mirada que descansa o ve con tristeza o con alegría lo que realmente ha sucedido o sucedió en el Corazón, en el Alma de sus Criaturas, pero sobre todo Abraza de nuevo al Ser Creado. Lo Abraza, lo Acuna, le da el Descanso, le da la Mirada limpia del Corazón de Dios. No hay juicio. No hay Juicio. Juicio significa fin. El fin no existe en el Corazón del Creador.

 

Hemos perdido la costumbre de ser ayudados

¡Qué extraño y cruel mundo éste! Lo reconozco: esta sociedad es algo que han cocido los llamados poderes y dirigentes. Pero también reconozco que la hemos cocido nosotros con un largo y prolongado esfuerzo.

Este sábado me sucedió algo que es el origen de la presente reflexión. Una dura reflexión porque refleja el mundo en que habitamos, con quiénes habitamos y lo que destila. La conclusión es sencilla: cuando algo te pase, olvídate, porque la consigna de este mundo es que «nadie da nada a cambio».

Me sucedió, supongo, porque estoy en trance, camino o vía de recibir «ayuda», aunque, en realidad, ya hace tiempo que me vienen ayudando. Sí, desde luego, esta ayuda es algo totalmente condicionado, pero reconozco que dentro del panorama en que estoy ahora no me cabe más remedio que aceptarla y reconocer que dentro de todo lo que hasta ahora he vivido, quizás, sea lo más desinteresado que estoy recibiendo como ayuda. ¡Vaya, ni mi padre biológico quiso ayudarme en su momento cuando estaba también pasando un duro puente! Después, vas sintiendo por ahí las puñaladas de depende a quién te acercas. Lo más normal es que nadie atienda a nadie. Lo más «normal» es que te digan «que te las peles con tu problema, que te las peles con lo que tú has creado», que te digan que «eso es Tu problema y no el mío o el nuestro». Sí, esto es lo más normal en este soci-mundo, tan social y tan dispuesto hasta ahora. Tan social y tan dispuesto hasta que comenzaron los crujires del desmoronamiento social.

Hoy me han venido a la mente esos momentos en que, y por coincidencias, he necesitado ayuda. También me han venido a la mente esos momentos en que, y por naturaleza propia, me lanzo como un dardo a ayudar en todo lo que está en mi pobre mano.

Hoy he sentido vergüenza porque he ayudado a alguien. Me han venido a la mente como un tumulto todo este mundo, terrible, de las llamadas «ayudas».

He salido de casa, justa de tiempo, calculando la hora larga de camino que necesito para llegar hasta el pueblo andando. Tenía que poner un correo urgente en internet. Me era vital llegar a tiempo.

Casualmente, hoy, me he cruzado como alguna otra vez con un hombre, con el hombre que, sé ahora, es el dueño de un fracasado restaurante que está cerca de donde ahora estoy y que por ello está cerrado y en venta. Casualmente, hoy me ha hablado. Me ha dicho que «de vez en cuando pasa un autobús». Sí, casualmente, como una o dos veces al día, pero no lo uso porque no voy en horario y porque me hace falta hasta el último céntimo, con lo cual pies y pa’lante que ya llego.

Me he entretenido con él, creo que unos diez minutos, charlando, pero me ha venido bien. Ya iba tarde, el locutorio cerraba a las 2 de la tarde. En el pueblo he mirado el reloj que suelen tener las farmacias. ¡Vaya, le he arreado a la marcha! Eran las 13,35, aún llegaba aunque me faltaba un poco.

Iba tan deprisa, tan corriendo, arrastrando el carrito de la compra que no sé si él me llevaba o yo lo llevaba volando.

Frente a mí se aproximaba un abuelo. Se apoyó en la pared y dejó una pesada bolsa de la compra en el suelo. Le dolía el pie. Sin pensarlo pero pensándolo (¡Vaya, que me cierran, que me cierran, que no llego!) «¿Le ayudo abuelo?» Le he cogido la bolsa más pesada. «¿Hasta dónde va?» «Ahí, en la esquina, doblando, tengo el coche».

Llevaba tan condenada «prisa» que estaba por decirle: «Deme las bolsas que se las dejo y me voy volando». Pero luego he pensado «¿Pero cómo vas a hacer eso, tía?», si no te conoce.

Iba tan despacito, le dolía tanto el pie, y yo llevaba tan condenada «prisa», que le he dicho que me diera la otra bolsa para así ir un poco más ligero él y poder llegar un poquito antes. (¡Me cierran, me cierran… bueno, es igual, sería igual si no fuese importante! ¡Joder, precisamente hoy!)

Cuando he querido cogerle la otra bolsa me he dado cuenta de que el hombre Pensaba que yo podía hacerle algo así como robarle la compra. Entonces le he cogido del brazo y hemos marchado juntos, él con la bolsa en la mano. Ya no he insistido.

Me debería de haber callado. ¡Maldita sea! No le tenía que haber comunicado mi inquietud por mis asuntos. Simplemente estaba allí ayudando. Me he arrepentido luego de todo corazón. Lo he pasado mal porque se me han agolpado todas las malas cosas de esta maldita sociedad en mi interior.

Al llegar al coche seguía nervioso, buscaba las llaves del coche y no las encontraba «¡Vaya, ahora sólo falta que haya perdido las llaves!» «¡Tranquilo, hombre, tranquilo, si la que llevaba la prisa era yo! Ahí, en el bolsillo se le sienten unas llaves.» Ha rebuscado en los bolsillos, primero unas llaves que no eran. Pero luego, en otro, ¡Por fin encontró las llaves del coche! Ya más tranquila yo. Pero, lo he seguido pasando de lo peor. En esos instantes me llegó a cruzar por la mente que no hubiese pensado que le hubiese robado las llaves. Sí. Tengo que reconocer, que, a lo mejor, en otro instante hubiese obrado de otra manera más tranquila, pero he transmitido toda mi ansiedad al abuelo, que me decía que nunca le había pasado eso, que nunca había tenido un accidente y que el lunes iría al médico. «Eso es lo que tiene que hacer, y, si puede, cómprese un carrito como éste que le ayudará».

Bueno, todo ha concluido bien, le he preguntado su nombre y me he presentado y resulta que más o menos veníamos de la misma zona, pero yo mucho más lejos. «Ya me verá por ahí, por ese camino suelo ir bastante».

Hemos perdido la costumbre de ser ayudados y es que la palabra «ayuda» quizás implique algo momentáneo, algo espontáneo. Esa espontaneidad la hemos o la han perdido la mayor parte de la gente.

Reconozco que los pocos varapalos que me han dado han sido suficiente para mirarme muy muy bien a quién me dirijo, la forma, el tipo de ayuda que solicito y en qué medida puedo ser ayudada. Es más, ya acudo a los centros «oficiales» diciéndoles «En realidad no sé en qué me podéis ayudar». Y es que en esos sitios «oficiales» no tienes derecho a nada si no eres un «ciudadano» contribuyente, y, sobre todo, empapelizado hasta los dientes. Te piden de todo, menos el certificado de defunción porque, supongo, que estás de cuerpo presente solicitando algún tipo de «ayuda oficial». Ayuda que, por otra parte, casi siempre te es denegada porque precisas de unos requisitos, tales como haberles pagado a ellos hace muy poco, es decir, haber echado dinero en sus arcas contribuyentes.

¡Dios mío! ¡Qué vergüenza! escuchar a través de un medio, como es el radiofónico que qué morro el de los griegos «¿cómo se atreven a pedir a quienes les han dado?» Llamarles chulos a los negociadores de lo imposible. A los negociadores que negocian para tratar de sacar a las gentes de un país de la ruina, de la ruina de la cual esos «grandes» han sido los responsables con los cebos de la avaricia.

Y tienen razón. ¡Cuánta razón tienen! A ver cómo narices sales de una Ruina sin tener medios para salir de ella.

¡Cuánta razón tienen! Es por ello por lo que mucha gente se ha visto y se ve abocada a dormir en la calle o en un cajero. Imposible conseguir medios para vivir dignamente o buscar un trabajo. Imposible si no tienes medios. Encima, seguramente, debes de tener mucho morro cuando pides ayuda o cuando pides a la entrada del metro o en la calle o en la puerta de un súper, cosa que está prohibidísima, ya que no se debe molestar a los buenos ciudadanos consumidores. Estos ciudadanos deben quedar lejos de todos esos problemas que los tienen «otros». De los problemas que «Ellos Se Han Creado». La justificación ya la sabemos porque para no ayudar a los demás siempre tenemos justificaciones a mano.

Pero ¡Qué duro y qué cruel el mundo que hemos o han estado cociendo muchos! ¡Qué duro y qué cruel el no ofrecer un saludo en un camino casi desierto! ¡Qué duro y qué cruel no ayudar al que no puede andar, a llevarle el peso que le agobia! ¡Qué duro y qué cruel que cuando acudes por natural tendencia, tengas que oírte unas horribles voces dentro!: «¡Cuidado, quizás no le estás ayudando porque le estás poniendo más nervioso que si tuviese que arrastrar el dolor y el peso!»

Sí, cuidado con lo que hacemos porque DECIDIDAMENTE estamos obligando a los demás a no pedir ayuda.

Pero, sobre todo, debemos ser conscientes, cuando intentamos ayudar a alguien de entrar con tanta dulzura, delicadeza y respeto que… ¡me cago en todas las prisas de este cruel mundo, del llego o no llego!

Podría seguir con más,… reconociendo que a veces, y no siendo más que una muerta de hambre, a veces creo que debería inmiscuirme en más cosas en las que no debiera. Por eso, cada vez que algo se me presenta llevo tanta tanta cautela al ofrecerme… Pero el sábado fue un día extraño, quizás estaba todo conjurado para que recordase todo el daño que puede llevar implícito el negar la ayuda, el no ofrecerla, la falta de delicadeza cuando la ofreces de forma espontánea, o el imponer unas necesidades propias a las necesidades del «otr@».

Sí, el sábado fue un día extraño, porque ayuda implica algo puntual, algo transitorio. Lo demás no se puede considerar así ya que puede degenerar al propio ser humano cuando no puede salir de las circunstancias por su propio pie. Ahí es donde debiese intervenir el tan flameado «estado de des-derecho», el flamante «estado de bien-estar» para algunos cuantos. Esos cuantos que se levantan a vociferar con la boca bien grande que ellos cumplen y acoquinan, y que el resto no son sino unos babosos, unos caraduras, que encima piden para poder «salir adelante» de los farragosos y fangosos charcos que este «cruel y humillante mundo social» ha ido creando.

Las partículas “patrulleras” de la Creación

No sé si ya las han descubierto nuestros eminentes y grandes sabios científicos. Llamarlas “patrulleras” es para que se entienda en términos coloquiales lo que son.

Están muy relacionadas con los “milagros” y con las correcciones en el espacio-tiempo para que Todo llegue a buen término y no termine en caos y destrucción.

Estas partículas no atienden al Tiempo, pueden viajar o, mejor dicho, estar en muchas partes a la vez, recogiendo la información necesaria y transmitiéndola al resto de partículas. Son los neurotransmisores del Cosmos que “llevan y traen” instantáneamente, según nuestro pobre entender, para regular, corregir.

Envían información instantánea de lo que puede producirse más allá del tiempo lineal. Entonces en lo que nosotros consideramos como “presente” se producen las acciones e interacciones necesarias para que todo tipo de Evolución se lleve a buen término.

Son nuestras “chivatas”, las que nos permiten “percibir” el futuro, recibir sueños premonitorios, intuir aquello que no vemos pero que sentimos con fuerza mayor interiormente, cosa a la que nuestro estado actual de humanidad ha renunciado porque para nosotros es “impensable”, sobre todo demostrable, con lo cual no interesa estar “adherido o atado” a esos sensores que consideramos incluso memeces de unos cuantos y cuantas.

Para estos transmisores el mañana puede ser hoy mismo, te pueden llevar “navegando” por pasillos irreales, acelerar los tiempos, los acontecimientos, los karmas.

Puede que se trate de las Partículas de Dios mismo o son sus enviadas.

La materia, la antimateria y energías que nos son totalmente desconocidas son las que nos conforman y configuran, pero que no tienen nada que ver con los teatros humanos, con una irrelevante conciencia de lo que son o somos como seres engendrados o creados de la Nada.

¿Existimos si no tenemos “cuerpo físico”? Yo diría que sí. Mi experiencia, a la que no me he vuelto a “someter” porque, quizás, esa no sea mi función en esta vida, me dice que podemos alejarnos de nuestro cuerpo físico y estar en cualquier parte. En esa otra cualquier parte, por supuesto, que si generamos la conciencia del no-estar, podemos advertir que no estamos atados a las leyes físicas. Si tenemos la oportunidad de ver con los “ojos” en este otro estado de la materia, entonces advertimos que podemos flotar, que no existe norte, sur, que el techo o el suelo pueden ser indiferentes, porque para ese otro “estado” no existen las leyes físicas que magnéticamente nos “amarran” al vientre de nuestra Madre, nuestro fabuloso Planeta Tierra. En mi caso me sentí, simplemente, como una bola de energía pero con la conciencia despierta de estar “viendo” desde el techo.

¿Juegan con nosotros los Seres de Energía que intentan comunicarnos algo? ¿Por qué estoy afirmando todo esto que yo que no soy científica no puedo demostrar? O te lo crees o no te lo crees, claro.

Todo esto pertenece a la ciencia cuántica, intentar llegar al Corazón de la más mínima partícula, para descubrir que “dentro” no hay nada, para descubrir que una partícula se puede dividir en muchas otras iguales a ella o su proyección exploratoria que atraviesa todo cuando se le intenta someter a un obstáculo.

No hay obstáculos para las partículas. No hay capas de acero o de plomo que las detenga. No.

De hecho, por mucho que intenten cubrir el cielo de nubes artificiales no van a evitar la proyección de las partículas Cósmicas, que son las portadoras de la información, de toda la información a la que debemos “Obedecer” porque la Ley Cósmica tiende a la Creación y no a la destrucción. Para la Ley Cósmica hay Transformación, Transmutación… De aquello que, probablemente, no “sirva” se vuelve a su estado primigenio para más tarde volver a ser lanzado a su misión.

¿Qué son los milagros? Los milagros no son ni más ni menos que la Transformación, la Transmutación de un estado en otro. Ahora está, luego no. Ahora no está, segundos más tarde, sí.

Probablemente un Ángel o una Entidad estuvo “jugando” conmigo no hace muchos días… para darme a entender todo esto que estoy tratando de explicar.

El Mañana es Hoy.

No soy perogrullera, respeto mis “comunicaciones” a las cuales cada vez estoy más agradecida, porque… porque, realmente, somos como Pinocho en manos de nuestro Creador. Porque nuestros Ángeles poseen capacidades que a algunos les puede aterrorizar, a otros atemorizar, a otros enfervorizar. Trato de estar simplemente o de permanecer, simplemente sin el salto del grillo o el pavoneo del pasmo. Incluso todo esto me ha dejado más seria y pensativa de lo imaginado ni siquiera para mí misma. Debo de estar contenta, pero ese contento o alegría ya no la traduzco en saltos de grillo.

Como el equilibrista en la cuerda, suspendida, probablemente, a mil metros de altura sé que cualquier mal paso puede significar una terrible caída y sólo mirar hacia el frente sin sentir el vacío, sin sentir que “puedo” hacerlo, será lo que me lleve hasta el extremo que descansa en la Montaña.

El toque de atención consistió en que perdí un objeto. Pensé que se me había caído. Lo busqué al día siguiente por el suelo, lo rebusqué una y muchas veces allí donde debería de haber estado. Al cabo de veinticuatro horas “sentí” una voz interior que me dijo “mañana lo encontrarás”. En ese mismo instante encontré el objeto en el mismo sitio donde debía de haber estado. De nuevo esa voz me dijo que Mañana puede ser Hoy. No existe el Tiempo. Como consecuencia al no haber estado en su sitio podía haberse tratado de antes de ayer para volver a transformarse en un mañana, y el mañana en un hoy.

Quizás sea de Locos… Pero no. Sentir que en ciertos momentos no somos “yo”, o podemos ser, simplemente, los Pinochos de Gepeto, quizás a algunos o a muchos les pueda causar pavor. Entonces pueden venir las discusiones o los terribles pensamientos de ser una granja de humanos o unos juguetes en manos de un dios.

El Corazón del Creador está tan dividido como Criaturas mayores y menores y de otros muchos tamaños o medidas (para entendernos coloquialmente) nos pueda llegar a alcanzar el entendimiento.

Puede que les llamemos Ángeles, Arcángeles, Serafines o Querubines. Puede que muchos que llegaron a la conclusión de que estos Seres habitan en diferentes Esferas, tengan “razón”. Porque es probable que muchos de lo que esto afirman hayan tenido las experiencias que le han llevado a tal conciencia o estado del otro “despertar”.

Quizás también es muy probable que no exista ni el mal ni el bien, sino que se trate del empuje de esas energías o partículas que tratan de conformar o configurar las circunstancias para Transformarlas o Transmutarlas. Si lo logran entonces todo sigue su Camino. Si no lo consiguen porque el empecinamiento de la razón predomina sobre el estado de la materia, entonces ésta sufre, se contrae, se retrae y vuelve a estados primigenios donde experimenta una y otra vez ese estado hasta que logre por Sí misma entender el Paso hacia un Fluir Superior.

Porque es totalmente cierto que nuestra Madre, que nuestro Creador necesita que le Entendamos (algunos le llaman adoración). Entender el Lenguaje Mudo de toda la Creación, pero que está tan Vivo que está Hablando a través del Verbo de la Acción, o la Transmutación de toda Vibración. Pueden ser Señales y para que esas Señales sean captadas sólo tenemos que, como conciencia álmica, despertar al Todo o ser Consciencia Viva que interactúa con el Todo. Somos Átomos en constante Movimiento y Vibración formando conjuntos de presencias Vivas.

Cuando tengáis dudas, pensad en las partículas viajeras de Dios. Pensad en ellas y pensad en cosas que deseáis que os ocurriesen. Como si allí mismo estuviesen poned vuestro mensaje en Ellas… El resto ya depende del Amor con que hayáis puesto vuestro mensaje para ser entendido y atendido.