Este documental aporta muchas imágenes sobre aquellos arriesgados hombres que se atrevieron a llegar hasta el mismo centro del Polo Sur. Fue una carrera, por lo menos así fue tratada, entre Admunsen y Scott, donde Scott perdió la vida. Lo duro de aquella experiencia está retratado en diversas obras, una, sobre todo escrita por uno de aquellos supervivientes, pudiendo dar fe sobre el Diario de Scott… esta odisea a 50º bajo cero todavía me da qué pensar. Aprendí leyendo el Diario de Scott y también sentí nostalgia y pena por no encontrar sentido a tanto riesgo… pero no se trata de mi sentido sino el de ellos. Ningún equipo se pone en marcha para o por algo que no tuviese entonces un sentido. En aquellos años, todavía se trataba de conquistar. Hoy, está todo conquistado, y gracias a esta conquista, todo casi muerto.
Ahora los «ojos» terribles de la tecnología lo traspasan todo, los radares atraviesan kilómetros del manto terrestre para escudriñar y ver el interior de nuestra Madre.
¿Cuánto queda escondido? Yo afirmaría que demasiado,… ahí está inscrito el resto de la historia de la Humanidad que todavía no conocemos.
Lo que desearía es que antes de atravesar todo el manto de nuestro Planeta con ondas, estuviésemos preparados, preparados para no destruir nuestros Secretos y preparados para Respetar la Vida y lo que nos va a deparar como «últimos misterios». — Estos tiempos venideros serán decisivos para nuestro auténtico cambio, pero el mal ya se aproxima al Antártico, los explotadores ya están ahí, esperando con sus perforadoras y garfios a reventar a nuestra Madre.
Tenemos que correr rápido, porque nosotros somos los responsables de tirar para atrás a estos criminales. Debemos encontrar otras fuentes y dejar a esos macroestafadores y criminales al margen, tenemos que encontrar las salidas que cierren los caminos de estos destructores.
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