La Tercera Fuerza en psicología: Psicología Humanista

Aconsejo visitar la página para leer completo el trabajo de Miguel Martínez Miguélez,

La Psicología Humanista como Nuevo Paradigma Psicológico

de donde extraigo sólo un apartado, el siguiente:

La “Tercera Fuerza” en Psicología

Durante la primera mitad del siglo xx, la Psicología caminó en dos direcciones notablemente diferentes e incomunicadas. Por un lado, la orientación conductista, objetivista, mecanicista y positivista. Por el otro, el grupo de psicologías que se originaron con Freud y el Psicoanálisis. Sin embargo, estas dos corrientes tenían como denominador común un principio básico sobre la naturaleza del hombre que influirá el marco de referencia conceptual y los métodos de investigación e interpretación de los hallazgos consiguientes: el determinismo. Si para los unos la conducta era interpretada como un proceso automático y casi-mecánico, estimulado por el medio ambiente exterior (enfoque reactivo), para los otros era un producto desenca­denado por impulsos internos (enfoque reactivo en profundidad).

El modelo metodológico físico fue ya considerado como inadecuado en la década del 50 por insignes físicos como Heisenberg (1974) y Oppenheimer (1956), quienes aconsejaron a los psicólogos no modelar su ciencia sobre una Física ya superada e incapaz de ayudar a entender los fenómenos psíquicos, en los cuales la mente humana entra como objeto y como sujeto del proceso científico, y le señalaron la conveniencia de abogar por un pluralismo en metodología que incluyera métodos naturalistas y descriptivos.

Estimulada e insatisfecha ante esta serie de incongruencias, ha nacido y se ha desarrollado una «Tercera Fuerza» en Psicología, la Psicología Humanista, que presenta diferentes facetas: de protesta, de desafío, de complemento, de extensión o de alternativa de las otras dos corrientes, la Psicología Conductista y el Psicoanálisis. La Psicología Humanista acepta los modelos y analogías de las otras dos corrientes como guías legítimas para ciertas áreas de investigación, pero no los considera como una descripción adecuada de los seres humanos y menos soporta que sean elevados a la categoría de dogmas, como fre­cuentemente lo han sido.

El movimiento humanista, más que una Escuela, es una nueva orienta­ción hacia la Psicología, un modo de pensar sobre el hombre y toda la empresa científica que modifica la imagen que tenemos de los seres humanos y libera a la Psicología de varias restricciones artificiales que le impusieron teorías que ahora aparecen como superadas. No se puede decir que los proponentes principales de esta orientación –Abraham Maslow, Carl Rogers, Gordon Allport, Charlotte Bühler, Rollo May, Viktor Frankl, Wilhelm Dilthey, Edward Spranger, William Stern, Kurt Lewin, Kurt Goldstein, Gardner Murphy, Erich Fromm, Fritz Perls, Eric Berne, al igual que un gran número de otros psicólogos actuales– tengan una ideología básica común, pero tanto ellos como los demás psicólogos humanistas simpatizan o comparten muchas posiciones sostenidas por la Psicología de la Gestalt, la Psi­cología Adleriana, la Junguiana, la Neo-Freudiana, la Psicología del Yo, la Feno­menológica, la Existencial, la «Self-theory», la Transaccional y la Proactiva.

Siguiendo e integrando las ideas de la Asociación de Psicología Huma­nista, podemos señalar cuatro características como las más típicas en los autores más representativos de esta orientación psicológica:

 1. Una atención centrada en la experiencia humana consciente como fenómeno primario ineludible al estudiar al ser humano. Las explicaciones teóricas y la conducta externa son consideradas como posteriores y secun­darias ante la experiencia misma y ante la significación de ésta para la persona.

2. Un énfasis en cualidades tan profundamente humanas como la elección, la creatividad, la valoración y la auto-realización, en cuanto opuestas a un pensar sobre los seres humanos en términos mecanicistas y reduc­cionistas.

3. Fidelidad al «significado y valor» cuando se eligen los problemas de estudio e investigación, y oposición al énfasis que se pone en la objetividad metodológica a expensas de la significación.

4. Especial aprecio por la dignidad y valor del ser humano e interés en el desarrollo del potencial inherente a cada persona.

Charlotte Bühler comparte la prioridad de estas características, pero suele hacer énfasis especial en «el estudio y comprensión de la persona como un todo» –actitud holista– y en la relación que la Psicología Huma­nista tiene con el Existencialismo, como base filosófica subyacente, y particularmente en la experiencia de la intencionalidad como «parte más íntima de la persona y de su motivación». La intencionalidad, que tanta relevancia ha tenido desde Franz Brentano para acá, es efectivamente una nota distintiva de la orientación humanista. Sin el conocimiento de los valores, metas y propósitos que animan la conducta humana, ésta permanecería siendo siempre un misterio. Fre­cuentemente nos revela menos el conocer lo que una persona hace que el porqué lo hace.

Fuente: http://prof.usb.ve/miguelm/lapsicologiahumanistacomonuevoparadpsic.html#_ftn1

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Además os propongo el siguiente vídeo:

Es evidente que ahora poseemos muchas herramientas en nuestras manos, mejor dicho, a nuestro alcance. Conocer, saber, y saber que no las psicologías conductistas han de ejercer la función del marcado de la res. Cuando observas el entorno donde se mueve un individuo, no importa si humano o animal verás cómo ambos están adaptados. Desafortunadamente, los medios han ejercido presión sobre todos los individuos vivos, sometiéndoles a grados de vejación y de ruptura de todo su Yo Interior.

Es hora de que no sólo admitamos que todo está y nace en nosotros, sino que la fuerza que ejerce el entorno y quienes nos rodean es más que suficiente para el modelado y desviamiento de cualquier criatura. Por ello debemos re-modelar nuestro entorno. Por ello, debemos Cambiar nuestras estructuras de convivencia y de existencia. Por ello debemos Modelar de nuevo un nuevo Entorno-paradigma donde estemos en Armonía con el resto de Seres Vivos y con nosotros mismos. Evidentemente fracasaremos si intentamos calzar unas botas a una mariposa, y la anularemos como tal si la encerramos en una jaula: este es nuestro paradigma actual: nos intentan calzar botas que son imposibles y que no van con nuestra naturaleza; visto esto, se decidieron por construir cárceles y jaulas y poder jugar así con el control estricto de las puertas y ventanas. Es evidente, que ahora, incluso nos amenazan con dar el martillazo definitivo a esas jaulas-dormitorio-de-roedores, y, además, amenazan con soltar las criaturas a la selva o al campo… Difícil proposición: acostumbrados a comer en los bares o a coger la comida muerta en los supermecados. Sí, difícil proposición. Pero queda algo peor todavía: las tierras están todas cerradas a cal y canto y pertenecen a propietarios que se niegan o sueltan con usura, porque es lo que toca, es el actual sistema, y el sistema de hace milenios de años. ¿Por dónde empezar? Evidentemente debemos empezar por el Conocimiento y por salir de la Caverna de Platón, a partir de ahí podemos, como el asno, ir aprovechando cada palada de tierra que arrojen en el pozo para ir encumbrándonos hacia la superficie. Abrazos!

 

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