De los «hombres» (cuyo concepto está trans-mutando, ya que cada vez somos más los que en vez de nombrar «hombres», nombramos «seres humanos»), mejor dicho, de las «cosas de los hombres», nos podemos reír, nos pueden divertir las andanzas de este mundo… pero ¿es el Espíritu «divertido»?
Los mensajes espirituales no son divertidos, pero hay alegría en ellos que nos pueden divertir, o hacer reír por los contrastes en los que vivimos,… sin embargo, en sí, estos mensajes no son divertidos. Estas altas vibraciones espirituales en las cuales ya están instalad@s muchísimos seres humanos nos transmiten, sobre todo, una paz inmensa, y a muchos les tranquiliza y les aparta del agobio de un modelo de vida que a veces no comprenden porque está totalmente lejano de nuestra singular y única expresión auténtica: somos energía espiritual, recalada en la Materia; esta Materia tan desperdiciada y sacrificada en el actual «modelo de mundo».
No, no hay divertimento en nuestra Voz Interior, en nuestro Espíritu, en nuestro Maestro, pero al estar vivos en este plano podemos aflorar toda la Alegría de estar Vivos y de compartir-nos con toda la Creación.
La Risa es un arma poderosa, la Risa nos permite ver siempre desde otros ángulos, es el detonante de la alegría al descubrir que aquello que es tenebroso o negativo tiene otro rostro, un rostro que trata de ocultar viviendo totalmente encorsetado sin saber salir de Sí mismo, o lo que es peor, sin haberse encontrado.
La Alegría, el estado de Alegría en el que podemos llegar a vivir es la otra herramienta poderosa ya que contagia y transmuta todo nuestro entorno, lo vuelve ligero y sin recovecos. Es la expresión que nace de dentro y se irradia como un fuego, puede expandirse con o sin manifestaciones externas ya que lo transmuta todo.
Nuestra sabia Naturaleza Creadora nos ha regalado a todos estas expresiones o grados vibratorios: positivas o negativas.
De nosotros dependerán: el malhumor, la amargura, la angustia, la impotencia, el generar estados vibratorios negativos que no sólo nos pueden matar lenta o rápidamente, sino que pueden hacerlo con los seres de nuestro entorno, absolutamente a todos: al resto de criaturas vivas, animales, vegetales o a otros humanos.
De nosotros también dependerán los otros estados positivos: la energía vibratoria del amor, de la alegría, de la risa, del juego, del disfrute de cualquier realización física… Son los dos componentes yin y yang, las dos naturalezas todavía no integradas en nosotros, siendo de lo más común, hasta ahora, que nos dejemos arrastrar por las vibraciones y estados negativos… pero ¿por qué? Creo que esto sucede porque dejarse-nos llevar por los estados negativos es algo realmente fácil; el ejemplo fácil-visual sería el de la piedra que rueda sola hacia abajo; pero si queremos llevarla hacia arriba tenemos que empujar, realizar el esfuerzo y hasta, incluso, muchas veces, detenernos para descansar en el intento. Quizá esta sea la tarea que hemos venido a hacer tod@s en este plano dimensional: encontrar la armonía, el equilibrio,… entonces dejarán de existir tales esfuerzos porque habrán dejado de existir las trabas externas que han estado provocando las consecuencias de la reacción hacia la negatividad.
Tenemos todo, se nos ha dotado de todo, todo lo necesario para realizar algo más, que no el difícil o mero hecho de «sobrevivir». Y, principalmente, se nos ha dotado de un cerebro a través del cual podemos llegar a desenredar o, mejor dicho, podemos llegar a dar con la claridad del Conocimiento que nos permitirá ser más sabios y más consecuentes con nosotros mismos, y como consecuencia expansiva, serlo con los demás… esto lleva implícito el autoprovocarnos y provocar en los demás reacciones en cadena, es lo que en física se llama «por simpatía»; y por simpatía existe la correspondencia y la transformación tanto interna como exterior, y por simpatía llegará el momento en que todo sea tan «normal» en el grado positivo, como ahora lo estamos viviendo en grado negativo.
Un abrazo amigos Viajeros y Buscadores