No sé si dejar sólo el título para el libre albedrío de todos los lectores…
Y es que resulta que el presunto dios, al cual toda la humanidad le debe la vida, los favores, los milagros, y los constantes rezos y súplicas, sin las cuales no sabrían vivir (ni podrían) los hombres, mujeres, niños, ancianos y demás seres vivos de este mundo-planeta-Tierra.
Pero vamos a obviar ese apartado y a agradecerle a dios mismo, que no nos dejase solos en este mundo-planeta-Tierra, a la buena de tantos dioses, y nos dejase, como a sus niños predilectos, una biblia universal, en la cual versar todos nuestros desconocimientos, llenar nuestra mente de cosas inútiles, pero que por lo menos nos calma la ansiedad y la arbitrariedad de esta vida tan voluble y tan corta.
Así es amigos, dios ama tanto a sus retoños que los dejó, una vez fuera de su paraíso terrenal, y por lo menos, con un libro-guía en la mano: la famosa Biblia… y sus derivados que después trastocaron las tribus de los hombres (alias los humanos) y sus descendientes.